HISTORIA




Los primeros conquistadores que exploraron la región fueron DIEGO DE TAPIA, en 1.534, PEDRO DE AFIAZCO Y JUAN DE AMPUDIA, también PEDRO DE PUELLES, pero el de mayores ejecutoria SEBASTIAN DE BELALCAZAR y luego GONZALO DIAZ DE PINEDA. El último fue LORENZO DE ALDANA en 1.539, como enviado desde el Perú por PIZARRO.

Muchos presumen que el fundador de Túquerres, GONZALO DIAZ DE PINEDA, pudo ser fundador de Ipiales, Monseñor Mejía en sus libros “geografía Pastusa de la Fe”, escribe, “el asiento aborigen de Ipiales, fue en el sitio denominado Puenes, la opinión del citado actor es lupotélica al afirmar con documentos que en 1.605 no existía Ipiales, con rasgo de fundación, sólo había indios y Españoles dueños de ganado, así lo atestigua un documento de repartimiento de Indígenas de Ipiales, sin indicar la fuente de donde fue tomado, este documento dice a la letra, “dejo levantada 12 casas que forman el pueblo de Ipiales y en ellas 23 habitantes moradores a quienes distribuyo tierras de pan-sembrar y una ermita.

La nueva fundación de Ipiales tuvo su punto céntrico en la Plaza llamada hoy 20 de Julio. En sus alrededores se levantaron las primeras casas hacia la carrera 5ª. Hasta la calle 7ª. Con calle 4ª., se situó el cementerio hacia el occidente, se edificó la administración Colonial, la cárcel, y la primera iglesia pajiza la construyeron los padres dominicos en 1.887.

La nueva ciudad era una meseta circundada a la distancia por la cordillera de los Andes, coronada por los nevados de Chiles y Cumbal.

Ipiales era poblado antiguamente por la Tribu Pasto de ascendencia Chibcha, y las primeras noticias históricas de la ciudada datan del siglo XV.

Con antelación al siglo XIX reinaba una densa oscuridad política, pero después de él se vislumbra un poder innovador, el hombre parece recapacitar y debatirse entre las angustias del pasado para salir con pugna dirigida hacia el futuro. En postrimerías del siglo, el poblado indígena se insurrecciona contra los desplantes dictatoriales por parte de los gobernantes; el síntoma liberatorio culmina el 20 de Mayo de 1.800.

Desde 1.805 se delimita una de las siluetas representativas de la ciudad, Don Francisco Antonio Sarasty, quien en calidad de Corregidor de Ipiales proclama en los primeros días de septiembre de 1.810 la desmembración de la Provincia. En el acta de Independencia reposan las firmas de todos los pueblos inmediatos, exceptuando a Pupiales, y aunque algunos de sus apartes parezca significar una separación absoluta, esto se contradice con la rehabilitación que de Sarasty hizo el gobierno realista en 1.811, siguiendo luego un periodo de convulsiones sangrientas que acusaban la agonía del realismo. En las décadas siguientes se contemplan aisladas efervescencias de lucha que no aportan ningún cambio. Siguió una etapa que revistió seriedad inusitada en estos recodos debido a los combates más temibles desencadenados por la guerra de “los Mil días” y seguidos por las luchas entre liberales y conservadores.

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